Aimé Césaire denunció la condición inaceptable del hombre negro explotado y humillado durante siglos, pero también, en esos ataques virulentos, desarrolló un discurso que conserva una enorme actualidad y es un llamado a la dignidad y a la justicia: como si el tiempo tuviera el poder de recuperar la fuerza del grito para darle más resonancia a las palabras del poeta. Al momento de su publicación, los textos de este escritor francés del Caribe suscitaron tanto entusiasmo como rechazo; a menudo marginado, el escritor no participó en polémicas inútiles ni en discusiones mundanas. Sin embargo, confiado de lo justo de su causa y del alcance de su palabra no eludió los debates más intensos del momento. Hoy debernos reconocer que sus textos no han perdido ninguna vigencia y que muchas problemáticas del siglo que inicia estaban ya presentes en su obra, producida, como lo confesó él mismo, "a fuerza de mirar el mañana".