Pasión por la indiferencia es la su forma de Ángel Carlos Sánchez de montar el ojo del huracán cotidiano y decirnos, a través del lenguaje -ese ente colectivo-, que la realidad sin ironía es sólo una circunstancia que acontece. Por ende, muchos acontecemos: vamos de aquí a allá llevados por el flujo, fluyendo entre los ruidos del ambiente, entre la "vida" que mueven titiriteros invisible. En la llaga la palabra prone al poeta y ríe. A través de sus versos nos reconocemos ciegos, entes nimios, falsos lectores, amantes que no saben, reincidentes cotidianos que dudan entre beberse un buen vino, leer el periódico o hacer el amor.
Pasión por la indiferencia no es un libro de autoayuda, tampoco será un best seller, mucho menos un manual de buenas maneras, es un poemario que nos podría ayudar a bien morir o a reaformarnos el vacío, tal vez no sirva para nada o nos salve de todo o ese todo se confabule y nos hiera. A riesgo de no decir nada, será mejor que tú, lector, pases al interior de este libro, y sus vidrios o sus luces te sean.