Hay veces que los hombres caminan sin sonidos, / sin estrellas lejanas / para mirar el cielo. / El mar entonces llega a besar nuestras plantas / y una roca de espejos / se nos muestra en la ruta.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 1993. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.