Barrio Santa Tere. Retrato de un adolescente fue escrita por un testigo de estas patrias chicas que conforman nuestra ciudad. No es la primera vez que Santa Tere, zona popular de Guadalajara, aparece en la obra de Marco Aurelio, pero nunca antes fue tema y escenario principal, centro de acontecimientos que involucraron a toda la ciudad y que, incluso, pudieron cambiar el rumbo del país.
En Barrio Santa Tere los personajes fueron nutridos por los lugares y ritos iniciáticos que fundan la identidad de un grupo: la escuela, la iglesia, el mercado, y curtidos por las calles que los llevaron, a golpes de experiencia, de la infancia a la adolescencia y a una casi inmediata madurez. Ahí está la peculiar virilidad de Láncaster, el valor y la persistencia pacífica de Marco A., la honradez y fidelidad de Miguelón, el teporocho, la sensualidad naciente de Margarita, Martina, Rosalinda, y la prima de Alfredo Ramírez sobre su inolvidable bicicleta.
Cronotopía, autoficción, bildungsroman son conceptos clave para profundizar en esta obra. La pericia narrativa de Marco Aurelio Larios nos lleva a una lectura expectante: mirar el placer obstinado que busca un adolescente, ávido de mundo, en el imbatible barrio de Santa Tere (Juan Manuel Sánchez Ocampo).
Marco Aurelio Larios (Guadalajara, 1959), estudió letras en la Universidad de Guadalajara y doctorado en la Universidad de Viena. Ha publicado, entre otros, Erato, Ars amatoria en Guadalajara (1998) y El cangrejo de Beethoven (2002) con la que obtuvo, en 1998, el Premio Primera Novela Juan Rulfo-INBA. En Rayuela ha publicado La musica y otras razones (2015) y ahora Barrio Santa Tere.