A la pluma de Dante la brujulea el capricho: no hay una ruta y cuando la hay la ruta se desruta por el puro placer de la sonrisa: yendo al pueblo mítico de San Sebastián del Oeste, uno llega a San Luis Potosí, donde puede recibir cartas de Brasil, recuerdos de Barcelona, fotos de Isla Negra, postales de París, saludos de Italia, memorias de Berlín, desconcierto de La Habana, paisaje de Portugal, volcanes y pirámides y lagos de Chiapas, Oaxaca, Guatemala, una renovación espiritual de la Sierra Madre, un desvío a Tijuana, acampar en una playa del Pacífico, o el regreso al útero de Jilotlán de los Dolores, Jalisco, Méjico.Dolores ÁlvarezSevilla, verano de 2016
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2016. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.