Late night show es una trampa para insomnes que contemplan el suicidio, la venganza, la rebelión armada. El televidente deja de repasar la lista de afrentas que sufrió durante el día mientras la charla banal lo distrae del rumor que viene del ático, donde una bruja senil teje un suéter con sus miedos.
Entonces, este libro es como una tele-isla donde el mar arroja apestados. ¿Pero quién no ha sido un apestado? Cabemos todos los náufragos. ¿Deprimido? ¿Desempleado? ¿Resentido? Bienvenido. Ni siquiera es necesario el interés por la poesía. Si Dios no te oye, si tu candidato no te cumple, eres, como dicen los parias, uno de nosotros, y este manuscrito va en tus manos. Adentro encontrarás una sólida sucesión de edificios quebradizos, listos para que tu lectura haga caer al primero y los demás sigan la orden.
En breve, este es un libro de poesía pesimista, ejecutada con mano firme y espíritu infantil. Late night show es un camión revolvedor donde lo mundano y lo cósmico se confunden en una pasta gris para encuadernar tu álbum de recuerdos.
Eduardo Padilla