Cuando Esteban Ascencio, me convidó su Cuaderno de espiral azul, luego de leer los primeros capítulos, en lo primero que pensé fue en el territorio tan ajeno que se ha convertido mi infancia. Y siendo honesta admito lo bien que me hizo recordar, y le dije que la lectura abrió unas heridas, y que cerró otras. Me descubrí en algunos personajes. No sé cuál haya sido el propósito del autor, pero sin duda no fue este, al menos creo que no buscó llevarme hasta donde llegué; sin embargo, más de uno que escudriñe en los misterios de la pasión, estando o no de acuerdo conmigo, se vera inevitable en el espejo de los ayeres.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2015. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.