La locura no es una simple enfermedad, es la forma en que los dioses se relacionan con los humanos cuando quieren comunicarles algo; pero sobre todo cuando los hombres cometen algún tipo de impiedad y deben ser destruidos. Sólo entonces entendemos que la locura no es un estado permanente, sino una vivencia que delata la presencia de potencias que rigen nuestras vidas. Esto es lo que la autora nos explica a lo largo del libro, haciendo el recorrido por las figuras más importantes de la locura en la tragedia griega, como lo son áte (exaltación divina), ménos (ardor), hamartía (error, pecado), la famosa melankholía (bilis negra), a la vez que aclara algunos de los conceptos que el psicoanálisis ha producido sobre el delirio humano. En este momento en que el sentido existencial de los hombres parece extraviado, este libro puede ser una guía o por lo menos un diagnóstico de dicho extravío. La locura es algo que la modernidad considera como uno de los grandes flagelos que el pensamiento racional debe combatir. Y no hay malentendido más grande que éste. Ruth Padel, con un conocimiento que recuerda a los grades sabios griegos, nos introduce en un mundo demencial de proporciones y sentidos insospechados, y alcanza puntos de reflexión sobre la locura que sólo alguien con una gran erudición y una agudísima inteligencia puede conseguir. Todo el libro gira alrededor de una frase canónica del pensamiento griego: «A quien un dios quiere destruir, antes lo enloquece».