Cierta mañana, el ministro de Shrain, Chō Kanshi, fue de cacería a la región de Chūzan. Dedicó toda la mañana a cazar muchas bestias en el lugar, pero cuál fue su sorpresa al encontrar entre ellas un lobo que se paró en dos patas como un humano y empezó a aullar. Chō Kanshi lanzó una flecha que lo atravesó. Con la flecha saliendo de su costado, el lobo se dio la vuelta y escapó. Kanshi se puso furioso y empezó a perseguirlo, pero una cortina de polvo se alzó como una nube frente a él, envolviéndolo junto con su caballo y causando que perdiera de vista al animal.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2021. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.