De los cajones menos visibles del archivero surgió este libro. Se compone de treinta y cinco textos organizados por el traductor según su leal saber y entender. Todos los textos fueron revisados y pulimentados –dentro de lo posible– gracias a la ventaja del tiempo transcurrido entre su primera aparición, si ese fuera el caso, y la extraordinaria oportunidad que ahora nos brinda la Universidad Autónoma de Nuevo León. Desde luego, esto no es común. Páginas como las que podrán leerse a continuación, habitualmente se agotan en la revista o suplemento cultural que las prohijó, y nadie más volverá a mirarlas. Que ahora aparezcan componiendo un libro sui generis es desusado, desde luego, y mucho comprometen. ¿A quién? Sin duda a los patrocinadores por su valentía y amplitud de criterio, más al escritor de segundo grado que las recogió para reelaborarlas en su propia lengua. Vaya, por el mero placer de divulgar el arte y el pensamiento de autores para él dilectos y admirables.