Las notas a pie de página del maestro Argüelles Espinosa son los rieles sobre los que transcurre esta narración epistolar. Aunque pueden ser largas son necesarias y pertinentes, porque le va dando a la prosa popular de las misivas, sustancia a través de las referencias, explicaciones y contextualizaciones, más que simples traducciones del léxico cubano al mexicano [...] Con este libro el lector se va a sumergir en la contradictoria realidad cubana, va asomarse a un mundo no muy conocido de lo que pasa en la isla, realidad obnubilada por visiones ideológicas de uno y otro signo. En este libro de Argüelles Espinosa, no hay ideologías; lo que hay es una biografía relatada de una entrañable manera: a través de cartas. Esa noble y casi extinta costumbre, hoy revivida con este libro que invito a leer y compartir. (José Luis Benítez Armas, periodista y editor).
A lo largo de las más de ochenta cartas escritas entre 1996 y 2014 la vida de Alicia narra las vicisitudes de una revolución que, igual que la mexicana, fue de más a menos mostrando el fantasma de la precariedad laboral, el deterioro de la infraestructura social, la caída de los niveles de vida. Sin embargo, puede parecer paradójico para el lector ajeno a la tradición cubana posterior a la Sierra Maestra, o a las batallas del Escambray, que Alicia abrazó, desde su inserción en la vida habanera desde 1947, la pasión por la lectura, el espiritualismo, la búsqueda del conocimiento, la razón de ser de las cosas materiales, sin olvidar su herencia barroca que le venía de sus años poblanos. (Bautizar a sus hijos en la Catedral de Puebla en 1950) (Humberto Morales Moreno, historiador).