Las distintas culturas siempre encontraron vías para dar forma a sus necesidades de expresión. La escritura, al ir depurándose, organizó las palabras para lograr el ensamble perfecto que las transformó en arte. Sin importar lenguas, tiempos y lugares, la poesía, quizá la más bella de estas formas, ha transmitido todo lo que ocurre en el breve ciclo de la vida y de la muerte. La poesía cobija pensamientos y deseos, tristezas y alegrías, fiestas y costumbres; condensa todo lo inherente al ser humano y a su entorno natural; le da un nuevo significado a los sonidos y las imágenes. Es mediante la poesía que se tocan los sentidos de manera sutil y evocadora. Son mundos distintos, y mejores, los que se nos revelan a través de la poesía y su cadencia sonora.