El cuerpo y sus instintos desbordados por las aguas procelosas del deseo atraviesan estas páginas y abrasan los ojos del lector. Así, el horizonte de las cosas cotidianas, el ir y venir de quien deambula por laberintos de amor y desamor en su diaria batalla contra Eros y Tánatos, son los dominios de estos poemas claros, vitales, irreverentemente humanos. Escrita en versos sencillos que nos llevan de la mano hacia los abismos de la soledad y la búsqueda del yo en el eterno retorno de los ritos carnales, la poesía de Justine Hernández muestra la otredad del amor, revela la crudeza animal del corazón y golpea una y otra vez nuestros sentidos con la furia de lo sensual como único y verdadero remanso ante el delirio y el dolor: al abrir este libro escucharemos la viva música de los cuerpos entrelazados en Rumoroso Delta.