En un pueblo perdido entre los montes de México, un joven tiene pesadillas recurrentes de gente sin rostro que atribuye a la ausencia de su padre; al indagar sobre él, descubre que gran parte de su propia historia está vacía, y que su pueblo guarda en secreto los motivos. Gabito decide lanzarse a la búsqueda del padre y de su propia historia, siempre al borde de una revelación que será definitiva en la vida de todos.
El camino de las casas cansadas cuenta una historia de abandono y olvido, donde sus personajes transitan por el dolor y la perdida como parte de la vida misma y nos muestran, con cada uno de sus actos, que nuestra historia se empieza a escribir desde antes de nacer, y que jamás la escribe uno solo.
No era raro tener que pisar entre los muertos para llegar a cualquier lado, porque todas nuestras calles llegaban hasta el panteón, que se mostraba dueño y señor justo en medio de todo.
Éramos tan pocos los vivos que hasta podíamos contarnos de uno en uno y cruzando ese enorme panteón daban ganas de contar también a los muertos para sentirnos menos solos.