La historia de la fascinación intelectual entre Francia y el mundo hispánico, particularmente México, es casi tan larga como el origen de ambos territorios. Esa fascinación, cuando ha surgido de la parte más oscura de nuestra mente, ha generado guerras, invasiones, opresión, asesinatos. Pero también ha generado gran parte de la luz que guía a ambas culturas: las palabras que forjaron nuestro imaginario literario, filosófico y político; el sonido de piezas musicales, antes inauditas; las imágenes, fijas y en movimiento, que nos revelaron nuevos mundos. Y, también, dos modelos de vida, diametralmente distintos y, por ello, complementarios: uno regido por la pasión, y el otro por la razón. Como la luz y la oscuridad, el destino de Francia y de México parecen estar unidos para siempre. En este libro, No soy de aquí ni soy de allá, Philippe Ollé-Laprune cuenta esta historia y, al contarla, se vuelve uno de sus eslabones y comienza a formar parte de ella.
Este volumen reúne el trabajo de veinte años de escritura: artículos, prefacios, introducciones a antologías, panoramas, conferencias, dibujan no el caos de una vida, no la dispersión, sino el retrato y las obsesiones de un lector, de uno de los lectores más agudos de las letras francesas. Junto a él, podremos recorrer el París de los surrealistas, pero también el París menos conocido de César Moro o de Severo Sarduy; la Centroamérica de Rubén Darío; la Martinica y la batalla por la descolonización y la dignificación de los pueblos negros de Aimé Césaire; los territorios imaginarios de algunos de los narradores más cautivadores de nuestra lengua: Sergio Pitol, Daniel Sada, Juan Villoro, Mario Bellatin. La diversidad de lecturas y de sorpresas que nos depara este libro es idéntica a la que nos podría proporcionar un viaje, durante un siglo y medio, a lo largo de todo el continente americano y europeo. Porque este volumen es el retrato no sólo de un lector, sino la bitácora de un viajero que considera la literatura como un alimento del espíritu para estar más vivos y ser mejores, como un acto de rechazo y de rebelión, como una sublevación contra las injusticias de la condición humana. Es el diario de un emigrante, de un exiliado, de un explorador, que busca un territorio donde por fin hallar la paz, el reposo, la serenidad, la dicha que constantemente nos niega el mundo. Y ese territorio está aquí, encerrado en este libro, y se llama literatura. Quien lo abra y busque lo mismo, no se arrepentirá y, durante el recorrido de estas páginas, hallará una forma de la dicha.