Jámblico de Calcis en Celesiria (ca. 242-326 d. C.) transformó el platonismo tardoantiguo de Plotino y Porfirio. En oposición a sus predecesores, enseñó que el camino para llegar al Uno, no era trabajo del intelecto, ni implicaba el abandono del mundo material, sino era una actividad de los dioses que, mediante la teúrgia (plegarias, adivinación y ritos religiosos), unían consigo a los hombres que estuvieran aptos habiéndose purificado y elevado. Estas doctrinas se conservan contenidas en su Respuesta a Porfirio. Exhortación a la filosofía es el segundo de los diez tratados que conformaban la Colección de las doctrinas pitagóricas, preámbulo indispensable para emprender el estudio de los diálogos platónicos, que, a su vez, precederían la iniciación a los misterios teúrgicos contenidos en Los oráculos caldeos. En el presente tratado, Jámblico nos conserva gran parte de lo que se conoce del Protréptico a la filosofía de Aristóteles y un texto de un sofista del siglo V a. C., textos de otro modo perdidos para nosotros. Amén de todo un trabajo de selección, síntesis, ordenamiento y eventual comentario de textos, entre otros, de Pitágoras, Arquitas y Platón, construye Jámblico una obra que tiene valor intrínseco como piedra angular de su proyecto pedagógico, “porque sin exhortar, no es posible motivar hacia las ocupaciones bellas y nobles; ni es posible disponer a alguien rectamente hacia el bien más alto y más perfecto, antes de haber preparado de antemano su alma por medio de la exhortación”.