A Santa Ana y Tepoloa los separan trece kilómetros, pero los unen la abundancia de mosquitos, el calor y una geografía marcada por la llegada de la industria petrolera. En este universo coinciden las vidas de Eusebio, un joven regordete, sudoroso y con una ligera deformidad en los pies, y su madre, Jade, una mujer aficionada al juego y a coleccionar exmaridos. La repentina desaparición de Jade, llevará a Eusebio a adentrarse, a bordo de un bocho, en la realidad de miseria, machismo, poder y violencia de estas poblaciones de la región del Golfo de México, con la complicidad de personajes entrañables como Wendy y Raquel. Reconocida con el Premio Nuevo León de Literatura 2020, en la categoría de novela, esta obra es un viaje por los territorios de la memoria, los desencuentros y los afectos de una relación de madre-hijo, con una narración a dos voces, un inteligente juego de estructuras y un amplio registro de emociones que van del humor a la compasión.
En Dinero para cruzar el pueblo atestiguamos un sentido del humor sin nada de aquellas censuras que ahora nos embarran en el rostro los nuevos bien- pensantes. Rodrigo Ramírez del Ángel no se tienta el corazón y nos enseña los detalles más aberrantes de sus personajes. No importa si son inocentes o no, cada uno de ellos tiene algo desagradable por entregar al mundo.
El viaje de Eusebio Mabarak Malpica (un joven sudoroso e inseguro de sí mismo), buscando su libertad, su propia identidad y a su madre desaparecida (una ludópata que se ha encargado de despreciar a su hijo), pareciera una novela de iniciación, pero en realidad estamos ante un universo miserable, aunque el dinero fluya; un camino de autodesprecio, aunque se alcancen las metas; y una vida insignificante, aunque digna de ser novelada. Dinero para cruzar el pueblo es una novela que divierte e incomoda al mismo tiempo, como cuando aplastamos una cucaracha y truena esparciendo sus vísceras bajo la suela del zapato. Novela ganadora del Premio Nuevo León de Literatura 2020 otorgado por CONARTE.