Si entendemos por poético lo más próximo y relacionado con la inutilidad de la belleza les pregunto: qué es más poético en cuarentena, una ventana donde rompen las olas o un Rolex Daytona de los años sesenta calibrado a la perfección. Al interior del presente he prestado mi piel a las horas en un laboratorio de la espera, el desasosiego y la des-esperanza. Lo que encontrará el lector es una ciudadanización del instante desde la poesía y el aforismo como medios personales para manejar la crisis del coronavirus o el oficio de salvarse al menos un minuto, cuarenta caracteres, una frase. Ante la pandemia, nuestra salud mental o física nos remite a la tirada de dados de Mallarmé.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2020. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.