Violeta Orozco es una poeta cuya voz transcurre entre el vértigo, de un tiempo de deshumanización y barbarie, y también la subversión para señalar la inconformidad, para develar nuestro propio descare como seres. Indudablemente la poesía y las poetas están para ello, para tomar de frente a su tiempo. En El cuarto de la luna los versos nos llevan hacia la crítica social, a la violencia de las calles, a la violencia humana, hacia el porvenir hueco y quizá en los momentos más brillantes a una autocrítica: "Me quemo/ en esta perenne fragilidad,/ la estatua se derrite/ mientras escribo/ sobre el pedestal que la sostiene". Este primer libro de Violeta Orozco, se puede entender con el siguiente apunte del poeta Max Rojas: "La poesía como arma para la subeversión por el espíritu. Porque en el fondo, se trata de eso, de que el espíritu tome las armas y se subleve contra el actual estado de las cosas". El cuarto de la luna es el primer libro de una poeta que crece vertiginosamente y que ya nos ofrece, en esta entrega, poemas para mirar nuestro entorno con absoluta sedición.