Todas las razones ingenuas, retóricas y utilitarias por las cuales “La suave Patria” fue un texto “actual”, desde la consagración de López Velarde en la Rotonda de los Hombres Ilustres hasta la exacerbación del ingrediente populista del Estado mexicano en los años setenta –pasando por el priismo triunfante de medio siglo–, son ahora las razones por las que lo ha dejado de ser. Es decir, es muy difícil en este momento reconocerse en la apariencia sencilla o simple expresada en “tu superficie es el maíz” o en “el santo olor de la panadería”. Y no es que ya no existan estas experiencias. Están ahí, pero ahora conviven con otras muchas, nuevas, más poderosas y terribles.
Sin embargo, si admitimos que en el poema está otra fuerza que el autor no nos dejó ver pero que actúa desde el fondo del texto, y si concedemos que esa fuerza es una visión crítica de la Revolución, de la violencia, del caudillismo y de Obregón –el asesino de Carranza–, entonces podemos acercarnos de manera distinta al poema largo de Ramón López Velarde y, lo que es más importante, podemos darnos cuenta de que la crítica contra la fuerza intolerante, realizada desde el lugar más hondo de la poesía, continúa vigente.
Este nuevo título forma parte de la colección Prosa Nostra del Fondo Editorial de la Universidad Autónoma de Querétaro, dedicada a la publicación de ensayistas mexicanos y latinoamericanos contemporáneos.