La relación de 1520 de Hernán Cortés —generalmente conocida como su segunda carta de relación— es uno de los documentos más importantes de nuestro pasado: es el registro más antiguo, y uno de los pocos escritos por un testigo presencial, de eso que conocemos como conquista de México. Aunque no es exactamente una historia de ese acontecimiento, su lectura es indispensable para comprender la manera en que este soldado extremeño conoció, negoció y se enfrentó con los principales pueblos del centro de Mesoamérica entre mediados de 1519 y fines de 1520, desde que los expedicionarios dejaron Veracruz hasta que, en un acto de ingenio, Cortés bautizó como Nueva España la tierra que había venido “pacificando”. Quinientos años después de los hechos, volver al origen de nuestro conocimiento de ese momento resulta fundamental para entenderlo de un modo más preciso y mejor fundamentado: como una justificación personal, una forma de explicar a toro pasado algunas decisiones de los conquistadores. Esta nueva edición está basada en la versión más antigua que se conserva —un folleto publicado en Sevilla en 1522—, pero con la ortografía modernizada, y se acompaña de un glosario que permite comprender esa lengua que es la nuestra pero en algún grado no lo es, y un índice de nombres, todo lo cual facilita la lectura en y desde el presente.
[La relación de 1520] culmina con la revelación de la excepcional civilización que existía en México-Tenochtitlan y sólo puede compararse en interés con los diarios y cartas en que Colón describía el mundo que iba descubriendo […] Cortés refiere el principio de una azarosa conquista y el esplendor de un imperio extenso, complejo y poderoso.
José Luis Martínez, autor de Hernán Cortés
Seguiremos interpretando mal las cartas de relación de Cortés si las leemos acríticamente como el relato de un testigo presencial, en vez de como un reclamo político repleto de falsedades. Son una tentación narcótica, un aparente atajo hacia “la verdad”. Pero son una droga con una historia compleja y con peligrosos efectos secundarios.
Matthew Restall, autor de Cuando Moctezuma conoció a Cortés