El título de Afrodescendientes de este volumen les recuerda a los mexicanos la raíz de su estirpe nacional generalmente olvidada: la gente de piel canela. El índice del libro induce a leer un octeto de ensayos de muy buena factura sobre la labor biológica y cultural de los negros traídos a la Nueva España. La lectura de este manojo de estudios hechos a ciencia y conciencia descubre puntos desconocidos del vecindario que vive ahora en Jalmich, en el oeste del país. Los habitantes de este rumbo, que no sólo los Cárdenas de Jiquilpan, según lo demuestra con plenitud el autor, son prototipos de lo que José Vasconcelos denominó la raza cósmica, del mestizo a donde vinieron a confluir todos los linajes del mundo: los blancos barbudos y de nariz larga, los negros de boca grande y los amarillos y cobrizos de ojos rasgados y poca barba