El periodismo heroíco se hacía en el mundo, especialmente entre 1940 y la caída del Muro de Berlín en 1989. Representa una era en la que los reporteros tenían que desplegar inteligencia, audacia y valor para cumplir con sus cometidos, lo mismo en la selva que en el salón de recepciones; igual en una guerra que en la conferencia de paz.
Fue un universo que terminó con el advenimiento de Internet y el arribo de las comunicaciones satelitales, que acercaron la noticia a los lectores pero alejaron la investigación personal y el contacto del reportero con la alegria o el sufrimiento humanos.
Ahora los periodistas pueden llegar desde lo mas profundo de las barrancas a las redacciones de sus diarios sin tener que viajar con la máquina de escribir al hombro, que requeria un doble esfuerzo y hasta condición fisica para perseguir las guerras y no a los narcos y maleantes, que hoy parecen ser, en las noticias, el conejo de los galgos.