Lo mejor de los libros de Guillermo Cabrera Infante es que propician libros sobre Guillermo Cabrera Infante. Y algunos escritos incluso al alimón, como estas deliciosas entrevistas realizadas y reunidas por Cecilia Treviño a lo largo de doce años, de 1990 a 2002.
Como las ediciones de entrevistas de Borges o Nabokov, las conversaciones de Guillermo Cabrera Infante con Cecilia Treviño no tienen desperdicio, porque iluminan mejor distintas áreas de la obra del gran escritor cubano. Siempre he sido un convencido de que diversos factores extraliterarios han impedido un mejor conocimiento de los ensayos, novelas y crónicas de Guillermo Cabrera Infante, y me place comprobar que las reediciones de sus libros –así como el rescate de
sus manuscritos inéditos– atraen cada día a nuevos lectores de todo el mundo, porque las legañas ideológicas se van disolviendo a poco que cualquiera se regale el placer de leer Tres tristes tigres o La Habana para un infante difunto.
Fernando Iwasaki