El lector está ante una obra que no solo se ha escrito con agradecimiento, sino también con la imaginativa a la que nos tiene acostumbrados Armando Alanís Pulido. Se puede decir que todo este libro, inspirado en la amistad y poesía de Samuel Noyola, es un poema donde confluyen lo anecdótico, una especie de épica fantasmagórica, y claro, un tono lírico muchas veces delirante. Aquí, podemos encontrar al menos cuatro escenarios: Uno, la elegía propia del texto, del amigo, Armando, que se duele; dos, la visualización del poeta desaparecido en sus andanzas; tres, versos que se detienen en lo simplemente anecdótico de un recuerdo, y cuatro, el intercambio intuitivo de sus voces.
Eduardo Zambrano
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2020. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.