Este trabajo propone una aproximación a una de las más antiguas formas de distinción y de otredad -el género-, así como a una relativamente más tardía -la raza. James Teasdale se propone analizar tales conexiones en la Inglaterra de los albores de la Modernidad a través de dos estudios de caso: las miradas y los conceptos generalizantes en torno al nativo americano y el negro africano. El primero constituía un tema relativamente nuevo para los primeros escritores ingleses modernos, mientras que el segundo tenía ya precedentes clásicos y medievales, y poseía connotaciones económicas, literarias, artísticas y geográficas duraderas. Mediante la recopilación y estudio de fuentes históricas, James Teasdale interpreta las preocupaciones y los parámetros decisivos (roles de género, prácticas sexuales y variaciones del color de la piel) para la construcción del concepto moderno de "raza".