Alto, viajero. Descalza tus pies. ¿De qué color es la luz alrededor? ¿A qué huele el lugar en donde estás, tu ropa, tus manos? ¿Se escuchan pájaros, coches, voces? Todo esto nos atraviesa y escapa, entre los demasiados asuntos, la jungla del pensar, los planes. En medio de esta vorágine, en la que no hay espacio para el silencio, para el vacío fértil, la vida pide la palabra. La autobiografía, el diario íntimo, la crónica y, como nos interesa en este caso, las bitácoras personales, conforman la “literatura del yo”. Géneros que exploran el vértice entre nuestras tres dimensiones: la social, la privada y la secreta. Ese misterio, esa contradicción, esa hipótesis en constante transformación que vamos siendo a lo largo de nuestras vidas, o de una misma mañana. ¿Cuántos otros mundos hay aún por encontrar, por cuidar? ¿Cuántos “estoy aquí” quedan por descubrir entre los escombros y las joyas de los días? Esta literatura rescata el yo entre los asuntos del mundo, el yo que revolotea sobre las cosas y los sucesos, a través del acto de transformar en texto escrito las experiencias cotidianas. Se trata de una narrativa sobre la repercusión de los sucesos en el individuo, nuestros aconteceres, las pequeñas cosas, los fugaces instantes de belleza.
María José Rodríguez de Hoyos