Eva Lopo se casa con Luis Álex, un estudiante de matemáticas en una misión militar en África. La boda es en el Stella Maris, un hotel donde se presentan dos sucesos inauditos que serán la raíz de una historia que retratará “la crisis del espacio doméstico colonial que, en últimas, acaba por ser la del Estado imperialista portugués”. En esta novela hay una polifonía narrativa absoluta, en ella Eva rememora en primera y tercera persona un periodo que ella misma experimentó veinte años atrás, y confronta la idea de la construcción histórica con la memoria. Como muchas otras mujeres que acompañaron a soldados a la guerra colonial, Eva es protagonista indirecta de la transformación de Luis, pero también de la suya propia, que a lo largo de este libro dará voz a los múltiples roles de quienes miraron de cerca la guerra en Mozambique.