Nacida en 1957 en la Ciudad de México, Flor Garduño, es una destacada representante de la riqueza y la diversidad de la fotografía mexicana cuya contribución a la historia de la fotografía universal es innegable. Con Manuel Álvarez Bravo aprende las sutilezas del trabajo en el cuarto oscuro y perfecciona la técnica para realizar impresiones complejas. A la par que desarrolla un estilo propio, explora la profunda realidad del campo mexicano; su lente aborda, alejándose del folclor, la vida y las condiciones de los campesinos, la atmósfera de los pueblos, así como los distintos paisajes rurales. El libro Magia del juego eterno, que publica en 1985, nos muestra su profunda visión de una cultura indígena marcada por la mitología y la religión, cuyas prácticas y rituales lindan con la magia. Buscadora apasionada, Flor Garduño también incursiona en la naturaleza muerta, en el desnudo femenino y en el retrato, ampliando así una obra en la que cada imagen parece estar habitada por un sentido innato de la metáfora y una búsqueda perpetua de las fronteras sutiles de lo imaginario.
Texto de Francisco Reyes Palma.
88 fotografías blanco y negro reproducidas en duotono.
Notas biográficas y bibliográficas.