La noche de San Juan, título de la novela más importante de Mircea Eliade, corresponde, en el original rumano, a Noaptea de Sânziene, a "la noche de las hadas", celebrada el 23 de junio (solsticio de verano), a la que tradicionalmente se atribuye un carácter profético, capaz de vaticinar la suerte o desdicha que el destino deparará durante el año. Bajo la magia de este misterio, en la espera de esa revelación, se desarrolla el entramado heterogéneo de paisajes físicos y humanos de esta novela, que abarca, en un período de 12 años, un ciclo perfecto, cerrado y homologable a los ciclos cósmicos.
Espacialmente, el centro mágico de la obra es, una vez más en Eliade, Bucarest, ciudad llena de símbolos iniciáticos y foco inagotable de mitos, donde, en el bosque Baneasa, se conocen los protagonistas, Stefan y su amor imposible, Ileana. Sobre este trasfondo se proyecta el ambiente, el estado de ánimo de la juventud intelectual rumana del período de entreguerras, que vive la sucesiva degradación política y social, la guerra mundial, la tensión colectiva que desembocó en la dictadura de la Guardia de Hierro, la entrada de los rusos y la toma del poder por los comunistas con la consiguiente represión y el exilio. La actitud frente a lo inexorable de la Historia y del Tiempo, eje del tejido narrativo, revela aquí toda su significación simbólica para el ser humano, marcando la vida y las relaciones sentimentales de los personajes de la novela, inmersos en un torbellino que evoca, con inolvidable realismo, pero sin falta de humor e ironía, el drama de la Europa del Este, condenada, ante la indiferencia de Occidente, a ser objeto, y nunca sujeto, de la historia.