Una joven de clase media ha decidido que el único propósito de su vida es convertirse en extranjera. La ciudad costera donde vive la condena al tedio. Con el paso del tiempo, el anhelo de fuga la vuelve cada vez más apática y cínica. Para alcanzar su objetivo, decide hacerse azafata y esperar que algún gringo la embarace.
Fresca y luminosa. Hasta que pase un huracán puede leerse como una encendida novela de iniciación, pero también como un relato del desprecio hacia los sueños que ofrece la patria grande latinoamericana. Su protagonista es una chica ambiciosa que anhela abandonar la ciudad costera donde vive y vislumbra la salida en un posible en un posible destino laboral: convertirse en azafata. En su voz cínica y herida encontramos la contracara del Caribe for expert, donde la ciudad soñada es oscura, triste y sucia. En ese contexto se vive otra versión del sueño americano, donde las relaciones se quedan, literalmente, sin aire. Un hábitat que naturaliza pequeñas violencias y donde el código aceptado es el de la competencia y la necesidad. Un relato que se pregunta por el destino de sus personajes en medio de catástrofes que puedan ser reales, autoprovocados, o el resultado de una estrategia inteligente.