El sonido de la luz cuando se aleja no es un homenaje a la mística medieval, se trata más bien de un diálogo entre un poeta que desea atrapar la experiencia de lo místico a través de la lectura poética. La luz como el fluir más constante del universo nutre la imagen poética de la experiencia del todo, por lo que el sonido que deja es el testimonio poético. El autor recoge ese sonido como despojo y construye su artefacto para volver a generar la luz, pero no esa luz de las poetas místicas con quienes dialoga (Hildegarda de Bingen, Matilde de Magdeburgo y santa Tatiana de Roma), sino la suya. Mediante la apropiación de sus voces, la voz poética que encarna este poemario emerge desde los despojos que habitan el corazón de Afhit Hernández Villalba para llenarlo de poesía.
Irving Juárez Gómez