No hay lector de la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España que no haya quedado gozoso con la manera de narrar de Bernal Díaz del Castillo. Todos –los que más, los que menos– han hablado de la forma tan sabrosa de contar uno de los acontecimientos más grandes de la historia del Viejo y Nuevo Mundo, por parte de un soldado que aparentemente no fue a la escuela.
La literatura le ha otorgado desde luego un sitio relevante al conquistador español. Es manifiesta su trascendencia literaria. No obstante lo que ha prevalecido es la importancia histórica de la obra, pues la mayor parte de ensayos, artículos y trabajos de investigación se han centrado básicamente en la veracidad de los acontecimientos.
En el presente libro –que por ningún motivo puede ignorar un lector de Bernal–, Adán Cruz Bencomo explora uno de los temas que más han despertado el interés en el cronista novohispano: su capacidad de escritor, que lamentablemente no ha recibido atención suficiente.
Saber cómo llegó Bernal a escribir su obra inmortal es materia que, estamos seguros, inquieta a cualquier lector curio- so de nuestro tiempo, sobre todo ahora que se cumplen 500 años de la llegada de los españoles a tierras mesoamericanas.