Es el primer día de clases en la sabana. La maestra pasa lista.
El elefante responde barritando, el rinoceronte barrita también.
Cuando toca el turno a la jirafita, ésta no contesta.
Está presente, pero no se oye nada, ningún sonido. Todos se inquietan.
¿Sabrá decir su nombre la pequeña jirafa?
Por lo menos, ¿sabrá decir mamá en lengua jirafa?
Claro que sí. Cuando se hablan, mamá e hija se entienden muy bien...
Tan bien y con tanta ternura, que a todos se les antoja
hablar la misma lengua.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2005. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.