Tierra de grandes ríos, lagunas interminables y montañas gigantescas, lluvia de cenizas y temblores junto a volcanes enormes. Memorias milenarias de pueblos mayas asentados en valles y colinas junto a los ríos más grandes del país. Ecos de las ancestrales religiones que resuenan en las cavernas de Chiapas y Guatemala. Indios y mestizos guardando celosos el secreto de dioses ancestrales en la Ciudad Real de San Cristóbal. Sirenas de piedra y campanarios que recuerdan las Meditaciones del rescoldo de un mundo que se fue y renace todos los días, en los cantos de los tzeltales, tzotziles y tojolabales, chuj y lacandones, entre decenas de lenguas más descendientes del tronco lingüístico maya. Indios y mestizos, que aprenden todos los días, de las historias pasadas en las selvas, árboles gigantes y los aullidos de los jaguares y las parvadas de aves que alegran la Memoria del rescoldo.