Los siglos de insomnio se desvanecen. El tiempo mecánico de nuestras pesadillas tecnológicas se detiene, su percusión incesante es un eco que se disuelve en un punto. En este momento propicio es posible habitar el espacio dentro de la pausa, el claro de un intervalo entre los dos términos de una metáfora de significación universal. Todo se vuelve analógico en este lapso apropiado para la creación humana, cuando la imaginación personal se une con el núcleo refulgente que implacablemente consume toda individualidad e impulsa nuestra existencia colectiva hacia el infinito.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2012. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.