¿Es posible que los años de posguerra sean el escenario privilegiado para captar una Stimmung, tono o atmósfera que marcaría el desarrollo futuro del mundo hasta desembocar en el “presente ensanchado” en el que nos encontramos? Algo que existe “en estado de latencia” se va manifestando desde entonces, y este texto cree primero rastrearlo y conjeturarlo en fenómenos culturales tan diversos como sugestivos: una obra de Samuel Beckett, un pie de foto de la revista Life, la revuelta estudiantil de 1968, la ominosa interacción que ocurre en Huis clos de Sartre, una extraordinaria lectura de la poesía de Paul Celan, la implosión del “socialismo real”, o la súbita e incómoda sensación de que la posguerra podría no ser un fenómeno históricamente acotado, sino quizá una presencia instalada, infinita. Pero la narrativa a la vez sutil y feroz de Gumbrecht arriba a una conclusión inesperada, aparentemente contradictoria con el hilo de su propio relato: quizá no hubo, en realidad, nada que quedase latente de la posguerra hacia acá. Quizá simplemente aquello fue una primera “arruga dentro de la temporalidad lineal de un cronotopo anterior” a aquel en el que estamos entrando. Una narrativa entre autobiográfica y erudita desemboca así en una sugestiva caracterización de la actualidad: entramos ahora en el nuevo cronotopo del “presente ancho”, donde nada puede ser dejado atrás, donde “cada pasado reciente es impuesto, en el presente, sobre pasados existentes que han sido almacenados; y en este presente que siempre está ensanchándose del nuevo cronotopo habrá un sentido menor de lo que cada nuevo “ahora”, cada presente, realmente “sea”.