Este primer título devela a la Sor Juana que ya no lleva el Inés de la Cruz… Iremos de la del billete a la del mural, pasando por la del medallón, la poeta, la llamada feminista y la que se encerró en ella misma para aventurarse en los profundos y circulares túneles de nuestro interior. El medio para encontrar a Sor Juana es el metro, ese gusano naranja que transporta millones de conciencias, diálogos internos, malos pensamientos, miradas, cantos, merolicos… hombres, mujeres, niños y ancianos sentados o parados, asaltados por un cuchillo o por una idea. Recorremos esa acumulación de vida que aspira y exhala cada tres minutos, al abrir y cerrar las puertas. Nos adentraremos en esa masa humana que desciende y asciende como el alma que viaja eléctrica e inmediata.