Las dos grandes obsesiones de G. K. Chesterton, el arte -síntesis de todos los frutos de la creatividad humana- y la religión, se reúnen en esta colección de ensayos que, en su mayoría, nacieron como reseñas literarias y acabaron convirtiéndose en un auténtico recorrido por lo bueno y lo superior. El primer ensayo está dedicado a William Blake y nos da la pauta de lo que Chesterton pretende: trata de aunar biografía y ensayo, descripción y reflexión. No solo repasa la vida y la obra de este singularísimo poeta inglés, sino que investiga la historia religiosa y mágica de Occidente, estudia la relación entre temperamento artístico, locura y mística y se revela, a cada paso, como un luminoso humorista, un moralista inclasificable y un maestro del aforismo. Los personajes se agrupan en dos categorías. Por un lado, los "temperamentos artísticos": Blake, Byron, Charlotte Bronté, William Morris, Stevenson; y por otro los "temperamentos religiosos": Carlos II de Inglaterra, Francisco de Asís, Girolamo Savonarola y Lev Tolstói. Este volumen es una muestra del mejor Chesterton, un autor que se ha ido engrandeciendo aún más con el paso de los años.