Más a la manera de un sarape de Saltillo que a la de una caja china, esta obra entrelaza tres líneas de desarrollo. En una de ellas, un mexicano capitula en Madrid su vida reciente, al escribir una novela en la que busca claves que le permitan reconfigurar su mundo, destrozado luego de un periodo de turbulentas rupturas. Una de esas claves, que encarna el segundo conjunto de historias, es el recuerdo que el escritor tiene del español Ramiro Llorente, a quien conoció de niño en casa de un abuelo y quien le contó entonces las circunstancias de su destierro en Francia a causa de la derrota republicana en la Guerra Civil española. La tercera línea de desarrollo trata sobre una documentalista, Magdalena Coronel, que, al investigar en generaciones cada vez más remotas de su familia con la ayuda de un pariente de quien escribe en Madrid la novela, busca los elementos que le permitan apuntalar su seguridad interna.
Situadas en espacios y tiempos distintos, las historias narradas incluyen temas como el brote espontáneo de gestos de solidaridad cuando hay personas en desgracia; las circunstancias que llevan a un individuo a preguntarse por el sentido de su paso por el mundo; la conjura creativa de los desgarramientos que suponen los exilios internos y externos y, claro, los duros condicionamientos sociales que, en los momentos más inesperados, nos enfrentan con la necesidad de elegir.