En los poemas de Eros una vez y otra vez se dibujan hipotéticos cuadros, secuencias, atisbos y paisajes de una y múltiples historias; estados de ánimo, chispazos y reflexiones, que pueden ser de amor o desamor, de encuentros y complicidades o de saltos a la nada y despedidas inevitables. La pluma de Julia Santibáñez sabe captar los más pequeños matices, las sutilezas, e incluso el negro sarcasmo que acompaña las ceremonias del adiós. El lector asiste en estas páginas a una pluma de estilo impredecible y lúdico que puede adentrarse en intensidades amatorias en versos como: pierdo el aliento / por el centímetro de piel / que tocas, sin saberlo o en este dístico impecable: no hay más hoy / que tú; o bien, puede pintar un amor leve y aéreo, como en el poema Septiembre leve, en el cual se lee mientras de la mano brincamos nubes, / vamos sepultando la tarde que respira de luz.