En los cuentos de la nave eterna hay una esperanza desoladora que nos invita a hacer las maletas, despedirnos de lo que amamos y esperar a ser aceptados para tener un lugar en ella. No tendremos una Luna que nos guíe porque se la han robado. Y los hombrecillos, los magos, los astrólogos, los niños con papalotes, los ángeles desalados y las señoras del mercado, nos permitirán soñar con otros mundos.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2016. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.