Laberinto de flores nocturnas revela la sensibilidad de la poeta gozando la creación en las noches de reflexión, de vulnerar el alma en sus propios laberintos y los ajenos, en un encuentro con la oportunidad de la palabra, del verso y las sacudidas de la vida, para conjugar un poemario donde se exploran dos aspavientos: se debate por un lado el dolor, el sufrimiento humano, la desesperanza e incluso la frustación ante la injusticia, justo ahí donde se hace esa encrucijada que perturba; pero por otro lado, descubre los íntimos dedos de la soledad fructífera, que extiende sus ojos nocturnos y revalora con el espíritu extasiado los obsequios de Dios, del tiempo y de la poesía.
Cuando estoy entre las sombras nocturnas
borrando los sueños de mi almohada
oigo los delirios del búho en mi pecho
M.R.E.D.