Dicen los que saben (y pocos saben tanto como el autor del libro que tienen ahora en sus manos) que el videojuego no solo es un entretenimiento, sino que, como el cine, es una manifestación del arte audiovisual. Y si alguien puede explicar ese punto de vista y muchos otros relacionados con el videojuego como una forma consistente, no solo de entretenimiento, si no de factor histórico, sin duda es Rodrgido Díez.
Ficciones lúdicas no es nada más un "libro de ensayos" (que suena árido y tedioso), por el contrario: es una experiencia. Tampoco pretende ser un exhaustivo reportaje sobre el tema, pero consigue que una investigación completa se lea con un estilo único, sin precedentes, para darnos una nueva idea (incluso a aquellos que no jugamos) lo que realmente es una pasión por compartida por millones.
Miguel Cane