Abel desea tener un amuleto que lo proteja, como la cadena que usa su amigo Chirris. Para conseguirlo, debe ir a la colonia Las Vías. Ahí conoce a Chipi, un niño que vive en las casas vagón. Pronto se hacen amigos y, poco a poco, la desigualdad entre sus mundos se hace evidente. Todo se complica cuando el gobierno decide demoler las casas-vagón de Las Vías, pero Abel no permitirá que tal agravio se lleve a cabo. .. aunque deba desobeceder a sus padres.
Esta secuela de «Los trenes nunca vuelven» es un nuevo capítulo en la vida de Abel -un niño de doce años que vive en Colima, México- , en el que la empatía, la solidaridad y la valentía se unen en la búsqueda de la justicia social.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2020. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.