Este libro no es apto para vanidosos: le hará reír tanto que si teme a las arrugas y patas de gallo no lo lea. En efecto, con Mala mujer no tiene corazón, EL HUMOR CON MAYÚSCULAS (tan original como don Prístino, tan fresco como la guayaba) vuelve a la narrativa mexicanacomo no se había leído desde Jorge Ibargüengoitia. Pero aquí “el genio festivo” (“aunque el asunto sea trágico” como dice uno de los epígrafes) del escritor, Abelardo Gómez Sánchez, no sólo es ocurrente y de grácil y versátil inventiva, sino que a veces se retuerce con singular y gozoso barroquismo, de pronto cercano a Severo Sarduy. En los ocho relatos que componen este libro, el autor se instala sin ambages en la parodia y, con soltura y floritura, palabras domingueras, ingeniosos neologismos o combinaciones de vocablos, lo mismo en las relaciones de pareja que en la ciencia ficción, el oficio de escritor, la fantasía históricocinematográfica, la crónica de una marcha políticoreligiosa, el relato de un día relativamente violento, las peripecias de un músico ambulante o en la historia de un misántropo consecuente, nos hace experimentar unas circunstancias (como todo gran artista de la narración) que al decirlas como él se vuelven irrisorias, cómicas, ridículas, pero no por ello menos intensamente verosímiles.