Escribir desde la inconsciencia o semiconsciente no es tarea sencilla. Imagine tener que tocar un violín sumido en un pozo con los pies ahogados en el fango y sin luz. La tarea del poeta es sublimar su realidad y la de quien le rodea.
En este poemario Garrigóz comparte de diferentes maneras su afectación, pero también exhibe, a través de un cuidado lenguaje, el camino que intentó seguir para superar un difícil trance, quizás sin éxito.
En los poemas de Galería del sueño se confiesan deseos, recuerdos, dudas, pero también encontraremos simulación y fantasía. El libro está impregnado de nostalgia, pero también de metáforas impecables. Muchas aristas dan pie para continuar el diálogo con el poeta; no hay duda de que dejará saludables interrogantes en el lector.
¿Es la poesía, es el lenguaje una cura para los males modernos? Es imposible saberlo. Si hacemos caso al autor, podemos pensar que "Cada pequeño tropiezo es una gran batalla/ en la que sangramos para sentirnos a salvo, aliviados/ de este descenso que hemos decidido aceptar por gloria" y quizás pensemos que claudicar aún no es la opción.
Daniel Zetina, septiembre 2017