Quizás un presagio de la pandemia de Covid 19, que nos obliga a la distancia social y afectiva y que promueve la misantropía y el temor a los otros, es el creciente riesgo de extinción de las abejas alrededor del mundo. Extinción de las abejas que es una extinción de la dulzura de la vida, del amor, de las flores, de los besos. Cómo imaginar entonces un mundo natural y humano sin abejas, sin sus zumbidos, sin sus besos.
Cómo imaginar el misterio del amor y del ser amado en sus besos, en esa refundación del universo.
Janitzio Villamar nos propone ese universo de la miel, una visión poética en el que el amor es la fuente, el panal de la vida, los besos son zumbidos, la imagen exuberante del enjambre, del panal, de la dulzura amada. Versos que son abejas, zumbidos, besos, miel.
La imagen poética va en contra del Apocalipsis del mundo, la imagen de la abeja en la flor, del beso, del polen manchando los labios, de la miel que escurre por el cuerpo de la amada, de los amantes, las abejas, en una transmutación de cuerpos y de besos y palabras.
El diluvio será de miel, el cuerpo entero del planeta se cubrirá de abejas, de flores, la miel que inundará el mundo surgirá de los besos, la vida renacerá como las abejas y los besos. ¿Así es? Imagínate cómo besa, cómo, ¿es posible? Del beso de Rodin, a los desvaríos de la boca de Gabriela Mistral, a las flores de palabras de José Martí, a la dulzura de Manzanero, a las islas griegas, a las abejas, las palabras, memoria, sombras de los besos, de los amantes, cubren el mundo, el
universo.
Dichosos los que tienen un panal, los que pueden imaginar y, mucho más y mejor, vivir cómo besa la abeja reina, que trasladarán las palabras y versos a praxis, a vuelo, a viento y zumbidos, a miel, al origen de los besos en un poeta latino y un poeta mexicano.
Francisco de la Guerra
Cd. de México, enero de 2021.
