De niña siempre me gustaron los bestiarios. Mientras más atípicos, más diversos como el de Juan José Arreola. Mientras más poéticos, más asombrosos como el de Gerardo Deniz. Aún me encantan esas galerías de quimeras, de monstruos en reinos de fantasía llenos de brumas o de luces como en la fantasmagórica poética de Marosa di Giorgio o en las obras de Leonora Carrington y Remedios Varo. Con ese mismo azoro, pero desde la realidad, nos embarcamos en esta aventura declaratoria y lúdica. Espero arroje luz sobre la amplia gama de feminismos que nos abrazan o distancian porque no todas nos reconocemos en las mismas genealogías. Por ende, la idea central de esta obra parte de la inclusión del mayor número de feminismos que hasta ahora pudimos rastrear. Tratamos de no incluir sesgos ideológicos ni preferencias, aunque las autoras las tengamos.
Alma Karla Sandoval
Me gusta imaginar este Feministario como la posibilidad de cruzar todas las puertas, de ver desde los ojos de las otras lo que sucede en los reinados de las periferias, en las geografías de la invisibilidad, del olvido, del despojo, del silencio, imaginar cómo cada una de las mujeres que se vuelve un rostro más de este Feministario va armada de adentro hacia afuera, con la palabra como bandera, con la urgente necesidad de transfórmarlo todo, con la urgente tarea de habitar un mundo donde ser mujer no signifique peligro de muerte.
Denisse Buendía
