Pocas veces se puede contar con un documento que hable de las interioridades de un conflicto, sin prejuicios, agendas e intereses ocultos, como el documento que legó Modesto Armijo Lozano. En él, Armijo compartió todas las vicisitudes del gobierno liberal en resistencia que se instaló en 1926 en la ciudad de Puerto Cabezas, en la Costa Atlántica nicaragüense, durante la llamada Guerra Constitucionalista. Ahí escribió su Diario, pensado como un documento exclusivo para su compañera de vida de quien entonces, por la misma coyuntura política del país, se encontraba alejado. Entre las expresiones de amor a Carmenza, su esposa y madre de sus cinco hijos, Armijo ofrece una visión privilegiada de los personajes y los hechos de ese momento, lo que hace de su Diario un documento histórico único para comprender mejor esos hechos.Pocas veces se puede contar con un documento que hable de las interioridades de un conflicto, sin prejuicios, agendas e intereses ocultos, como el documento que legó Modesto Armijo Lozano. En él, Armijo compartió todas las vicisitudes del gobierno liberal en resistencia que se instaló en 1926 en la ciudad de Puerto Cabezas, en la Costa Atlántica nicaragüense, durante la llamada Guerra Constitucionalista. Ahí escribió su Diario, pensado como un documento exclusivo para su compañera de vida de quien entonces, por la misma coyuntura política del país, se encontraba alejado. Entre las expresiones de amor a Carmenza, su esposa y madre de sus cinco hijos, Armijo ofrece una visión privilegiada de los personajes y los hechos de ese momento, lo que hace de su Diario un documento histórico único para comprender mejor esos hechos.